1.01.2020

SUEÑOS DE NAVIDAD



Como cada treinta y uno la pesada de Carmen se había empeñado en que fuese a esa estúpida fiesta. Esa que organizaban un grupo de pijos del bufete para el que trabajaba en prácticas.
––En serio, no te lo voy a repetir ––dijo Carmen mientras desenchufaba el cargador de su móvil y me miraba desafiante. No me inmuté, agarré con fuerza el mando sin apartar mis ojos de ella para no perder la batalla que libré desde el sofá y arropada. ––¡Vas a venir! ¡No puedes comenzar el año así!
Se marchó hacia el baño.
Gané.
Saboreé mi victoria, me recosté y comencé a buscar una de esas películas navideñas que Netflix había creado para gente como yo. Esa noche hacía mucho frío en Madrid y yo estaba de mal humor.
El mudarse a unos quinientos kilómetros de casa para cumplir el sueño de toda mi vida de ser actriz y terminar trabajando para Amancio Ortega, incluido el día treinta y uno, te hacía ver las fiestas de otra forma. Estaba enfadada, como el año anterior, ¿qué estaba haciendo con mi vida?
¿El balance sobre mi año? Mejor ni nombrarlo. Era desolador hacer esa lista mental y ver que no había cumplido ni uno de mis propósitos.
No he visitado ningún país nuevo porque lo que gano me da para este alquiler que comparto con Carmen y visitar a mis padres un par de veces al año. No me han cogido en ningún casting porque me paso el día cansada, de la casa al metro, del metro al trabajo y del trabajo al metro de nuevo y a casa otra vez.
No he cumplido ninguna dieta porque me alimento a base de comida precocinada y no me he enamorado porque estoy tan deprimida que cuando veo la mas mínima posibilidad salgo por patas.
Vale, paro. Sé que soy la única culpable, lo admito, pero no voy a hacer como el año pasado, no voy a prometerme cambiar para después auto-humillarme al no hacerlo.
Ya no voy a esperar nada de mí.
––¿Aún sigues así? ––Carmen se paró delante mía con los brazos en jarras. Llevaba un vestido negro insultantemente ajustado.
––¡No quiero ir! ––sollocé.
––Lola, me da igual ––me arrebató el mando y apagó la televisión. Clavó sus ojos marrones en los míos verdes. ––Venga te presto algo mío.
––Como si yo entrase en alguno de esos minivestidos… ––refunfuñé mientras arrastré mis pies hacia la habitación. ––¡Lo hago por ti, que lo sepas!
Y era verdad, porque ya el año pasado fue una decepción aquella fiesta. Si no fuese porque me pimplé varias botellas de vino se me habría hecho un infierno.
A Carmen le encantaban estas fechas y estar rodeada de gente por lo que no podía entender como yo quería quedarme sola una noche tan señalada. Ni lo entendía ni lo permitiría. Y yo sabía lo insistente que era Carmen.
No tardé mucho en elegir ese vestido que nunca te pondrías si no fuese fin de año.
––Me asombra lo rápida que puedes llegar a ser ––dijo mientras terminaba de guardar su pintalabios en el bolso.
Fuimos al mismo cortijo. Había mucha gente vistiendo elegantes trajes que me hacían sentir fuera de lugar. Todo era como lo recordaba, no faltaba un detalle, decoración navideña por todas partes, corrían el champagne y las bandejas llenas de canapés.
La noche transcurrió más deprisa de lo que esperaba, Carmen intentó introducirme en varias conversaciones con sus amigas hasta que se dio por vencida. Yo prefería merodear entre la multitud probando los suculentos canapés que los camareros iban acercándonos.
Y de repente…
––Perdón ––dijo una voz masculina al chocarse con mi plato cargado de canapés que irremediablemente aterrizó en mi vestido.
––¡Joder! ––exclamé molesta mirando el destrozo en mi escote. Y reparé en mirarlo mientras rebuscaba apurado en el bolsillo interior de su chaqueta un pañuelo. ––¡Joder! ––repetí asombrada al descubrir que esa cara, esos ojos miel y ese pelo rubio me eran muy conocidos.
––Ya te he pedido perdón, ¿es muy caro? ––preguntó a la defensiva.
––¡No! Eres Pablo Del Viento ––creo que mis ojos se abrieron como platos.
––¿Nos conocemos?
––No, ósea, tu a mí no, pero te sigo, he ido a ver todas tus obras de teatro.
Pablo Del Viento era un joven director de teatro que estaba de moda. No es que fuese muy conocido, pero me encantaba su extravagancia y originalidad. Y además, estaba como un queso, ¡ay!
Estuvimos hablando mientras me ayudó a limpiarme. Le conté que había venido a Madrid para actuar pero que la cosa se había torcido y se interesó bastante por mí. Me atrevería a decir que le gusté. Y lo mejor, me propuso hacer un casting para su próxima obra secreta. Yo estaba al borde del desmayo ¡Por fin algo que me salía bien!
El tintineo de unas campanas nos avisó de que se aproximaban las doce y había que preparar las uvas.
––Éstas son las de la suerte ––dijo seductor mientras me acercó un cuenco. Le respondí con una sonrisa nerviosa.
Al terminar, llovía confeti y todos aplaudían, menos Pablo que miraba risueño como yo luchaba por no atragantarme. Acercó su mano a mi mejilla.
––Espera, te has manchado… ––se acercó más y luego deslizó su mano por mi cuello consiguiendo erizar mi piel ––¡Feliz año! ––susurró sexy cerca de mi oído…

––¡Lola! ¡Lola! ––Carmen me zarandeaba en el sofá.
––¡Feliz año Pablo! ––Abrí los ojos para encontrarme a una Carmen desquiciada.
––¿Cómo que Pablo? ¡Te has quedado frita!
––¡No! ––lloriqueé abrazando un cojín.
––Mira, si no quieres venir, no te lo voy a decir más ––se dio la vuelta y cogió su bolso.
––¡No! ¡No! ¡Espera, que no tardo! ––salté del sofá y ella me miró sorprendida.

A veces solo necesitamos soñar más alto para descubrir que no es cuestión de propósitos imposibles de año nuevo. Que lo importante es luchar por cumplir esos sueños olvidados que no te dejan dormir.

¡Felices fiestas!


4 comentarios:

  1. Real como la vida misma 😍 me ha encantado leerlo y espero leer muchos más 😘 ¡que vivan los sueños!

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  2. Esa chispa que a todos nos hace soñar !!! Me ha gustado mucho leerte Esperando nuevas historias tuyas Lolita!!

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  3. Me encanta tus libros y cuentos, siempre con ganas de más! Estoy deseando que salga el nuevo libro ❤️

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  4. Me sentía parte del cuento mientras lo leía, con la curiosidad permanente de saber que pasaba. Al finalizar el cuento te das cuenta de que es lo que nos pasa a muchas personas. ¡¡De nuevo chapó!! Esperamos más Lolita!!!

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