7.06.2015

Seisdejulio

Capítulo trece. La decisión.

Han pasado varias semanas desde que Rafa se fue. Las chicas dicen que quizá se equivocaron, que se me ve bien y que no he montado ningún numerito. Les oculto que hablo con él casi a todas horas y que cada vez que huelo su perfume lo recuerdo, que duermo con su reloj en mi muñeca y que el fin de semana próximo iré a Madrid a verlo. Lo oculto porque no me gusta hablar de algo de lo que no estoy segura, sé que mis sentimientos por Rafa han cambiado desde que no lo veo, quizá se han magnificado por eso. También se que nuestra amistad funciona muy bien y que como pareja soy muy complicada, todo se empeoraría, él ya me avisó, no quiere complicaciones.

Cuando Rafa me habla de otras chicas no siento celos porque la forma en la que habla de ellas no es cariñosa, sólo las usa, como una vez su primo hizo conmigo. Le doy mi opinión sobre las chicas con las que se acuesta e intento que se comporte de la mejor forma para que ellas no lo pasen mal. A él le gusta escucharme porque descubre cosas de las mujeres que le son desconocidas. Le digo que siempre tiene que ser sincero sobre sus intenciones para evitar malos entendidos, sincero pero con tacto.

Yo apenas salgo, sólo cuando me obligan, que cada vez es menos porque Sindy y Fael se han convertido en lapas y Amanda últimamente tiene mucho trabajo y el poco tiempo libre lo emplea en Pedro. Estoy más cansada de la cuenta y paso el tiempo libre durmiendo, Sindy me pregunta que si voy a hibernar en verano pero achaco mi cansancio al calor, faltan apenas quince días para que comience el verano pero en Sevilla siempre se anticipa.

Esta tarde estoy trabajando con Silvia en urgencias. Estamos en la sala de curas.

-          Cris, cuando termines con Daniel ¿Puedes ir por un bote de suero? – Pregunta Silvia que ve como estoy terminando de curar la picadura de un niño que no para de llorar cada vez que lo rozo.

-          Claro, casi acabo – Respondo. – Pequeño, ahora te coloco el apósito y hasta dentro de dos días. – Digo acariciándole la cabeza.

El niño me mira con los ojos llenos de lágrimas y entre pucheros. Yo le acerco una piruleta y consigo que sonría. El niño sale de la sala de curas con su madre, me levanto para acercarle a Silvia un bote de suero, comienzo a ver la estantería borrosa, la imagen se pone negra de repente y pierdo el equilibrio cayendo desplomada en el suelo, Silvia que está atendiendo a una señora se gira tras escuchar el estruendo de mi cuerpo contra el suelo y se acerca rápidamente.

Abro los ojos, la médica está comprobando mis reflejos pupilares con una pequeña linterna. Estoy tumbada en una camilla y Silvia sujeta mi mano. En mi otro brazo tengo una vía por la que entra el suero.

-          Cristina, no te asustes, has sufrido una bajada de azúcar – Explica la médica.

-          Sí, últimamente estoy muy cansada – Respondo mirando a Silvia.

-          Hay algo que tengo que decirte – Dice la médica misteriosa. Silvia se muerde el labio nerviosa. Yo las miro frunciendo el ceño, me incorporo. – Despacio, tranquila – Me pide.

-          ¿Qué pasa doctora? ¿Tengo algo grave? – Comienzo a asustarme, he visto muchas veces como médicos dan malas noticias a pacientes y todas esas noticias comienzan por << hay algo que tienes que saber>> . Silvia niega con la cabeza y acaricia mi brazo.

-          Estás embarazada. – Puedo sentir como mi mandíbula se desencaja. Silvia agarra fuerte mi mano. No puedo articular palabra.

-          ¿Embarazada? Pero.. ¿Cómo? – Pregunto aturdida. – ¡Oh dios! ¿Estás segura? Debe de ser un error. – La doctora me mira y asiente.

-          No es ningún error Cristina, estás embarazada de cinco semanas.

Hace cinco semanas de lo de Rafa, de lo de Rafa y de lo de Alex. Comienzo a llorar desconsolada, la doctora intenta tranquilizarme pero solo consigue que llore más fuerte. 
Cuando todo parecía tomar un buen rumbo vuelve a torcerse. Silvia me abraza. Cuando consigo relajarme Silvia me pide que me vaya a casa, que ella me cubrirá. Yo la obedezco.

Entro en el piso como una zombie. Sindy me mira extrañada porque suelo llegar más tarde y apenas son las cinco. Me siento en el sofá sin apenas mirarla y comienzo a llorar de nuevo. Ella se asusta porque piensa que algo malo ha ocurrido y no se equivoca. Algo horrible ha ocurrido.

-          Cris, ¿Qué ocurre? ¿Es tu madre? ¿Rafa?

-          Estoy embarazada – Quito mis manos de mi cara y me abrazo a ella que me mira con los ojos fueras de sus órbitas. Siento mi respiración tan acelerada que creo que me dará un infarto.

-          ¿Embarazada?

-          Sí – Sollozo

-          Dios ¿De quién?

-          No lo sé – Lloro desesperada.

En menos de veinte minutos Amanda está con nosotras y está al tanto de la noticia. Sindy está histérica y yo también, Amanda anda de un lugar a otro del salón intentando buscar una solución.

-          Tranquilas, tranquilas, necesitamos pensar con claridad – Dice moviendo las manos. Yo no dejo de llorar y Sindy resopla una y otra vez llevándose las manos a la cabeza.

-          Soy una loca, una inconsciente, ¡soy lo peor! – Me digo apretando los puños.  

-          Un bebé, tienes ahí un bebé – Dice Sindy traumatizada señalándome la barriga.

-          Para – Le pide Amanda que da un manotazo en su mano para que deje de apuntarme con el dedo. – ¿Tan difícil era? – Amanda ha perdido los nervios, agarra mi cara – ¡Mírame! – La miro sin parar de llorar - ¿Por qué no usaste protección?

-          Para Amy – Sindy la agarra para que se aleje un poco de mi.

-          Me quiero morir, me quiero morir – Sollozo.

-          Vale, tregua, necesitamos unos minutos para poder pensar con claridad – Dice Amanda que se encierra en mi habitación. Sindy se queda a mi lado abrazándome.

A los minutos Amanda sale de mi habitación, yo estoy un poco más relajada, Amanda se sienta a mi otro lado y me da un beso en señal de disculpa.

-          Cielo, tienes que tomar una decisión – Dice Amanda cariñosa. La miro y asiento, sé exactamente a lo que se refiere, ahora estoy a tiempo de decidir si quiero tenerlo o no.
-          Es de Rafa – Aclaro concisa.

-          Pero, no estás segura, no usaste protección con ninguno de los dos – Dice Sindy.

-          Sé que es de él. No me preguntéis cómo pero lo sé. – Amanda asiente intentando comprenderme.

-          ¿Vas a contárselo? – Pregunta Sindy.

-          Primero tendrá que decidir si va a tenerlo o no – Interrumpe Amanda.

-          Y ¿cómo se supone que decido eso? – Pregunto confusa.

-          Pues dándote tiempo, pensando en ti con un bebé..

-          Sobre todo tienes que pensar en el bebé. ¿Estás preparada para hacerte cargo de una criatura? – Amanda me mira con sus ojos y esta vez no garantizan que todo saldrá bien.

Sé que ambas creen que lo mejor es que aborte pero siempre he estado en contra del aborto. Tengo veintiséis años, he cuidado de mi madre sola, sé que podré cuidar de un bebé, lo que no sé es si quiero hacerlo. Sentir la presión de las miradas de ambas me está poniendo nerviosa y mis pensamientos están cortocircuitando. 


-          No sé, necesito descansar – Digo y me levanto para dirigirme a mi habitación... 

2 comentarios:

  1. Ohhh Dios miooooo!!! Ya estaba esperando lo del embarazo (lo leí en la sinopsis por Amazon) por favor que sea de Rafaaaaa, muero si es de Alex, me cae mal y eso, pero prefiero a Rafa...necesito leer el libro entero yaaaaa, estoy deseando volver a casita pronto para hacerme con el libro ^^
    Un besito guapa

    ResponderEliminar