...El resto de
la noche lo paso con Amanda que paró de beber hace rato para que Pedro no se
enfadase con ella. Yo por el contrario apenas me mantengo en pie, por suerte
Amanda se está haciendo cargo de mí.
Me he abrazado a los novios varias veces
deseándole que sean muy felices y que jamás se separen. Mi prima Elena me ha
contado que su vuelo sale mañana por la noche hacia las islas Maldivas y me he
emocionado tanto que le he tirado la copa al suelo a siniestro. Azúcar glass me
han contado que quieren mudarse a Triana y siniestro ha bromeado conmigo por lo
de la copa, no es tan siniestro al fin y al cabo. También he visto a Rafa
hablar y bailar con muchas chicas, camareras, primas lejanas,... Eso me ha
hecho soltarme un poco más de mi tabla. Los hombres como él no me hacen sentir frágil,
me hacen sentir tonta. Las mujeres somos tan insignificantes para los chicos
como él... Sigue unas pautas de engaños, de frases aprendidas de casa para
hacer que nos sintamos especiales a su lado y cuando tengamos la guardia
suficientemente baja entonces es cuando atacan para después irse y destrozarnos.
Más bien hablo de Alberto, a Rafa no lo conozco tanto como para poder afirmar
eso, pero posiblemente sea igual.
Todos lo
hemos pasado muy bien y muchos de los invitados ya han comenzado a irse. Creo
que Alex me dijo hace rato que se iría y que podía acercarme a casa pero apenas
lo estaba escuchando.
Son las cuatro
de la mañana, por suerte cambié el turno de trabajo de mañana con mi compañera
Silvia.
-
Cielo,
me voy a casa, Pedro está fuera con el coche. ¿Vienes? – Pregunta Amanda
tocándome la cara para que le preste atención. Rafa se acerca rápido y me
agarra por la cintura.
-
No,
yo la llevo, no te preocupes. – Le dice serio. Yo lo miro por encima de mi
hombro, todo con movimientos muy lentos. Amanda asiente también como a cámara
lenta, por lo menos así lo estoy viendo en mi mente. Y antes de que pueda decir
nada veo a Amanda alejarse. Qué culo tiene. - ¡Qué culo tiene!
-
Yo
he pensado lo mismo - Le digo en idioma
borrachil. Me sonríe. Qué sonrisa más seductora. Si no fuese porque estoy tan
borracha le metería un par de guantadas. Sí, es ilógico, pero él entero me
produce rabia. Su perfecto y torneado cuerpo, su perfectísima sonrisa, sus
labios carnosos, sus ojos verdes. Todo él me recuerda que los hombres solo
buscan saciar su cuerpo, no le importa mi mente, mis sentimientos, solo le
importa él. Como Alberto.
-
Cristina,
vamos a hablar tu y yo. Tenemos que hacer algo para que tu amiga deje a su
novio y se venga conmigo. – Y me aprieta fuerte contra él. Me encojo y lanzo un
suspiro. Él sonríe de lado, satisfecho.
-
Oye,
oye, no uses conmigo la táctica de <<me gusta tu amiga pero te voy a
llevar a mi casa para contártelo>> que no, que yo por ahí no. – Me separo
de él bruscamente. Soy consciente de que estoy muy borracha, porque casi me
caigo y él me ha tenido que volver a sujetar.
-
¿Cómo
puedes pensar eso?
-
Eres
fffffeo – Y alargo las efes mientras lo miro sin prestar atención a lo que
dice. Él frunce el ceño. – Odio a Alberto. – Lo frunce más. – Es un cabrón,
como todos, sobre todo tú. – Se para delante de mí y me agarra la cara.
-
Suelta
esa copa Cristi – Y me la quita de las manos antes de que pueda decirle que
como me la quite lo dejo inconsciente con mi Louboutin.
-
¡Guau!
Encima tienes las tres erres: rrrrubio, rrrrepelente y rrrrresponsable. –
Levanto tres dedos a medida que voy enunciando adjetivos. Él me mira serio,
parece preocupado.
-
Necesitas
que te dé el aire.
-
No,
necesito una copa. – Y me dispongo a ir a la mesa donde ha soltado mi copa pero
él me agarra como si de un saco de patatas se tratase y me lleva al jardín
mientras grito y pataleo.
Es
completamente de noche. Las vistas son magníficas, al fondo se ve la catedral
iluminada y todo está en silencio. Siento frío y antes de que pueda decir nada
Rafa me ha colocado su chaqueta sobre los hombros. Pienso si lo hace para
engañarme y caerme bien o porque realmente se preocupa. Estoy demasiado
borracha como para discernir entre esas cuestiones.
Nos sentamos
en unos escalones de piedra. Me coloca debajo de él, entre sus piernas
abiertas donde apoyo mi cabeza. Está oscuro en esta zona, pero puedo verlo en
penumbra porque cerca hay una farola encendida.
-
Pareces
triste – Me dice mientras pasa sus dedos entre mis mechones de pelo.
-
No,
estoy bien – Mi voz se quiebra, llevo mis manos a mi cara e inevitablemente
comienzo a llorar como una niña pequeña. Él se asusta, soy muy ruidosa cuando
lloro.
-
Nadie
diría lo contrario – Dice irónico mientras se ríe. No puedo evitar reírme
también entre los lagrimones que caen de mis ojos. Seguro que el rímel está
pintando manchas en mi cara y que estoy completamente despeinada, pero no me
importa porque me siento muy triste y solo tengo ganas de llorar.
-
¿Ves
aquel arco? – Le pregunto señalando una zona en la que hay varios arcos de
piedra apilados alrededor de una placita. Él asiente. – Si tuviese que pasar por
allí, no podría. – Elevo mis manos hasta la altura de mi cabeza y trazo unos
cuernos imaginarios - Llevo una
cornamenta muy grande. – Se ríe, pero no una sonrisa tranquila, no, se está
descojonando de mí. Me giro enfadada. – No te rías imbécil, aun te partiré esos
preciosos dientes que tienes. – Y levanto uno de mis puños.
-
Si
tuviese que estar triste por todas las veces que me han puesto los cuernos,
ahora mismo estaría colgado de uno de esos arcos. – Se sienta en el mismo
escalón que yo y me agarra de la barbilla para que lo mire. – Cristi, ningún
tío que te haga eso merece que estés triste por él. – Limpia mis lágrimas con
uno de sus dedos, intentando recoger mi tristeza para eliminarla - Tus dientes
también son preciosos, deberías enseñarlos más.
Quizá Rafa
sea una buena persona, que se esconda detrás de su caparazón de ligón porque le
han hecho daño o quizá no y todo sea una táctica para que caiga a sus pies. No
sé qué pensar. No debería juzgar tan pronto a las personas por haber vivido
malas experiencias o tal vez sí. ¿Qué nos enseñan esas experiencias al fin y al
cabo? A desconfiar de las personas.
Ahora que lo
miro tan cerca tiene cara de niño dulce. Sé que me siento sola y triste y que
lo último que quiero es enredarme más la vida, y menos con Rafa. Sus palabras
me han reconfortado y he sentido ganas de abrazarlo pero me contengo.
-
Yo
solo quería una historia bonita, con una boda, muchos hijos y eso que todos
queremos. – Sollozo.
-
La
tendrás, estoy seguro. – Me acerca a su pecho abrazándome. Me embriaga su olor
a one million, lo aspiro y cierro los ojos. – Además, tienes las tres eses:
sexy, sensible y... – Recorre con uno de sus dedos mi cuello y antes de que lo
aparte un escalofrío recorre mi cuerpo. - ...suave.
Capítulo
dos. Rafa on tour.
Lo próximo
que recuerdo es estar sobre un asiento de cuero negro de un Audi A3 deportivo.
Suena una canción de Bruno Mars de fondo, muy lejana. Miro al asiento del
piloto y allí está Rafa, con su camisa remangada, conduciendo por las grandes avenidas de Sevilla. Me mira y ahí de nuevo su enorme sonrisa.
-
No
te he dicho donde vivo – Digo en un estado de vigilia-sueño.
-
No
te he dicho que vaya a llevarte a tú casa. – Responde sin apartar la mirada de
la carretera.
-
No
pienso ir a la tuya – Me cruzo de brazos fingiendo enfado.
-
Siempre
puedo usar la fuerza.
-
Te
denunciaré.
-
Deja
de berrear y duerme, estás más guapa. Haremos lo que yo diga y no se hablará
más.
-
Te
caerán como mínimo diez años de cárcel si intentas algo.
De repente
gira bruscamente hacia un garaje. No conozco esa calle pero son edificios altos,
de largos balcones. Son bastantes bonitos y seguro que muy caros. Yo comparto
piso con dos chicas y se nos queda muy pequeño; en una zona no muy
buena, pero por lo menos está cerca del hospital donde trabajo.
Aparca
magistralmente entre dos columnas, no puedo evitar que se me escape un
<<guau>> porque yo lo habría estampado unas cinco veces en cada
maniobra. Sí, aparcar no es lo que mejor se me da.
-
Muchos
años Cristi - Dice mientras saca la
llave del contacto. El reloj del coche marca las seis de la mañana. Abro la
puerta cuidadosamente y antes de que pueda poner un pie en el hormigón del
suelo Rafa me coge. No llevo los zapatos. – No quiero que te cortes.
-
Dios.
Todo me da vueltas. – Me suelta al entrar en el ascensor. Cuando me miro en el
espejo no puedo creer lo horrible que estoy. El rímel ha pintado riachuelos desde
mis ojos hasta mi mandíbula y la pintura está a parches. Me tapo la cara. – No
me mires. Yo no soy así. – Rafa suelta
una carcajada y me quita las manos de la cara.
-
Estas
guapa hasta estando fea.
-
Pues
tú estás feo siempre, y, y además... – Rafa se acerca a mí con su interminable
sonrisa, se muerde la lengua. No me salen las palabras, me he puesto nerviosa y
no sé ni por qué. Suspiro. Su boca y la mía apenas están a unos centímetros. La
puerta del ascensor se abre. Se aleja un poco de mí.
-
Y
además ¿qué? – Me desafía mientras vuelve a cogerme. Qué fuerte está.
-
Además
me caes mal.
-
Bueno,
si te cayese mal no estarías aquí...
Oh dios! He quedado con ganas de más de tu historia...¿Que ha pasado con Alex?¿Ahora se liará con Rafa? Jooo, a mi me estaba cayendo mejor Alex jajajaja, lo he echado de menos en este capitulo!
ResponderEliminarDefinitivamente ya me tienes enganchada a tu historia ^^
Besos
jajaj me encantan tus comentarios, los espero siempre con ansía :):)
EliminarTranquila que Alex nos tiene que dar mucha guerra aún :P Mañana sabremos que pasará con Rafa :O:O
Un besote!!
Jeje, me alegro que te gusten ^^
EliminarMañana me tendrás por aquí tan puntual como siempre.
Un besito
Bueno! Vas a publicar también en finde? Eso espero! :)
ResponderEliminarGracias por leerme :)
EliminarSí hoy ya está publicado. Mañana intentaré publicar también!
Un beso
Ayer tenias razón HOY TE MATO jajajajja danos mas que ya nos tienes enganchadas y solo estamos empezando el 2 capítulo!! Ay dios que nos esperará??
ResponderEliminarBuenos días guapisima!
EliminarPues ya puedes saber que le espera a Cristina porque acabo de publicar el cuarto fragmento :)
Muchísimas gracias por leerme pero lo que yo quiero conseguir es desvelarte cada noche :):)
Un besazo!
Ainss madre del amor hermoso, si o si me dejo la vista, pero no puedo dejar de leer jajaja.Vaya con Rafita que tenemos por aqui, ainssssss , suspiro de España, Portugal y parte del extranjero
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