6.26.2015

Veintiseisdejunio

Capítulo nueve. La fiesta.

Es viernes, Amanda ha venido a casa para elegir la ropa con Sindy, conmigo y con mi madre. Sí, Rafa la invitó a venir.

-          Una mujer tan joven y guapa no puede quedarse en casa un viernes noche – Le dijo mientras mi madre le hacía ojitos.

No he sabido nada de Alex, tampoco he querido saber después de descubrir que me mintió, así que he decidido olvidar lo ocurrido y no sentirme mal. Rafa ha estado llamándome y manteniéndome ocupada, sabe que estoy más tristona y supongo que se siente culpable porque en cierto modo fue él el que me empujó a los miserables brazos de su primo. Ayer estuvo con mi madre y conmigo de compras, han hecho muy buenas migas.

Le hemos explicado que solo somos amigos, ella asiente pero en el fondo piensa que somos pareja y que se lo ocultamos por algún oscuro motivo, ella es así. Mi madre no termina de acostumbrarse a vivir en nuestro diminuto piso porque Antoine la tenía malacostumbrada a una vida de lujos, pero se le ve contenta con Sindy y conmigo. Sindy también se lleva muy bien con mi madre, es como si a la única que le pusiese histérica su presencia fuese a mí. No me acostumbro a tenerla cerca todo el día gritando y contando historias, revoloteando de aquí para allá con su interminable cigarro.

Yo me pondré un pantalón de pata de elefante verde oliva con una camisa de tirantas cruzada a la espalda. Amanda me está haciendo un recogido en el pelo. Sindy ayuda a mi madre a elegir de su enorme maleta el conjunto más apropiado para el evento. Finalmente se han decantado por una falda negra de tubo hasta la rodilla y una blusa de media manga roja, con un escote increíble, parece que tiene veinte años menos. Amanda lleva un vestido ceñido azul marino de mangas largas acampanadas y Sindy va con un mono negro tobillero agarrado por un lazo al cuello. Todas llevamos zapatos de tacón altísimo.

Hemos puesto en spotify la lista “Saturday night” para animarnos. Sindy y mi madre bailotean en el salón mientras Amanda termina con mi pelo.

-          A Pedro no le ha gustado que salga pero le he dicho, oye, tú también te vas con tus amigos a jugar al futbol y esas cosas que hacéis, déjame un poco de espacio.
-          Vamos que habéis tenido bronca – Digo desganada con mi vista perdida en el espejo donde se refleja mi rostro.

-          Antoine no me dejaba ni ir a la esquina sola y le dije: no te confundas ¿eh? ¡No te confundas! – Grita mi madre que acaba de pasar cerca del baño y se ha enterado de la conversación. – A los hombres hay que dejarles bien clarito las cosas. – Grita desde su habitación.

Escuchamos a Sindy en el salón, ya tiene su tono de voz meloso típico de cuando habla con Fael. Ayer durmieron juntos, me alegro de verla tan contenta.

Justo cuando el reloj marca las diez de la noche suena el timbre del portero automático. Mi madre se contonea con su cigarro en la mano hasta allí y contesta.

-          ¿Sí?

-          ¿La señorita Cristina? – Pregunta una voz masculina.

-          Sí, es aquí. ¿Quién la busca?

-          Soy su chofer, la espero abajo.

-          Enseguida vamos. – Cuelga el telefonillo. - ¡¡CHICAS NOS ESPERAN!! – Grita como una loca. - ¡OH! Que emoción nos vienen a recoger. Me siento como si volviese a tener veinte.

-          Mamá relájate o te dará un infarto – Le digo mientras veo que no para de saltar y mover las manos.

Cuando Sindy termina su conversación y Amanda acaba de pintarse salimos del piso para bajar glamurosamente por las escaleras, todos son risas y gritos hasta que abrimos la puerta y nos quedamos de piedra al ver una enorme limusina rosa. Hay también un joven enchaquetado que nos abre la puerta trasera.

-          ¡Ahhh! ¡Qué fiestón! – Grita mi madre tras dar una palmada que tira de Amanda para montarse. 

-          Voy a matarlo – Digo sonriente mientras Sindy pega saltitos alrededor de la limusina.

-          ¡Es rosa!, ¡es rosa! – Exclama Sindy que no para de saltar.

El chofer nos ayuda a montarnos, dentro hay todo tipo de bebidas y canapés. Mi madre no ha tardado ni un segundo en descorchar una botella de cava. Todas estamos con nuestras copas en la mano admirando las calles por las que circulamos. La gente fuera se queda alucinando al vernos. Amanda pulsa un botón para hablar con el chofer.

-          Dígame – Responde rápido.

-          Queremos que abra la ventana solar – Pide mientras todas la miramos asintiendo.

El chofer abre la ventana del techo y las cuatro nos asomamos mientras gritamos y chocamos nuestras copas. En uno de los semáforos saco mi móvil para fotografiarnos y le mando la foto a Rafa. Parece que estemos borrachas pero no lo estamos, solo estamos emocionadas. Nos calmamos y volvemos dentro.

-          Niña, el Rafa este tiene mucha pasta ¿no? – Pregunta mi madre con la boca llena de un canapé de gambas.

-          Solo sé que su padre es dueño de una empresa de finanzas. – Respondo bebiendo cava.

-          ¿Ves?

La limusina se para y el chofer nos abre la puerta. Salimos una detrás de otra y estamos ante un lujoso restaurante a orillas del río Guadalquivir.  Agradeciéndole al chofer con nuestra mejor sonrisa nos dirigimos a las puertas del precioso restaurante. El metre nos pregunta los nombres y nos guía escaleras arriba hasta una sala donde hay muchos hombres en trajes de chaquetas y varias mujeres muy bien vestidas, todos derrochan glamur, la jet set sevillana. Están desperdigados por la sala en la que varios camareros con un uniforme impoluto pasean bandejas con vino y algunos aperitivos.

La sala tiene un techo muy alto del que cuelga una enorme lámpara de cristales preciosos que miro anonadada. El suelo es de mármol color canela y hay enormes ventanales desde los que se pueden ver el río Guadalquivir y la torre del oro. Sevilla de noche reflejada sobre el Guadalquivir. Estamos en la parte más alta del restaurante y las vistas son espectaculares.

Rafa nos ha visto desde el fondo de la sala y se dirige hacia nosotras. Viste un precioso traje de chaqueta azul marino y una camisa rosa pastel. Lleva una pajarita del mismo tono rosa con lunares azules.

-          Mis preciosidades – Saluda Rafa a medida que se acerca a nosotras abriendo sus brazos. Mi madre se lanza a sus brazos.

-          Estás guapísimo miarma – Elogia mi madre mientras le quita los restos de pintalabios que le ha dejado marcados en la cara.  

-          Paula, tú eres la que está espectacular – Le dice Rafa mientras de una mano la invita a darse una vuelta sobre sí misma.

Tras saludarnos a todas y mientras cogemos una copa de vino Rafa se acerca para susurrarme algo.

-          No sé cómo lo haces pero cada día estás más guapa. – Lo miro parpadeando varias veces con fuerza. Él me abraza. – Tengo que avisarte de algo. – Me separo rápidamente de él.  

-          ¿Qué pasa? – Pregunto alarmada con su mano aún sobre mi espalda.


-          Alex está aquí. – Dice serio. Noto como se me ha desencajado la cara al escuchar aquello... 

10 comentarios:

  1. Jooooooooo yaaaaaa??? Qué cortito hoy...
    Bueno, en parte me alegro de que sea así, porque sí no, me habría devorado el libro en un día...😁
    Así es más emocionante!!!!
    Un beso guapa!!

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  2. :):) mañana sigo contándote mas!
    Gracias por leerme guapa!
    Un besazo!

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  3. Ay Dios santo Alex esta allí! Me has dejado con la intriga, me va a costar esperarme hasta mañana!!! Y Rafa, que ricura con lo de la limusina rosa, sabía que se lo tomaría literalmente y les enviaría esa limusina ^^
    De verdad eeeh no me hago a la idea que tenga un lado malo! Pero las apariencias engañan.
    Un besito guapa

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    1. A ver la fiesta por donde sale que cuando hay alcohol de por medio a cris se le va... Jajaj
      Un besazo guapa! Mañana mas!

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    2. Ay ay, ya con lo que me dices, seguro se lía pero bien!
      Hasta mañana ^^
      Besitos

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  4. Vaya fin de capítulo... Alex, copas y fiesta. ¡Menudo cóctel! Un beso y mañana aquí nos tienes.

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  5. Oh oh Alex está allí!! Que mentira le soltara hoy?? No tardes en publicar mañana NECESITO MASSS
    P.d. 7 días :):):)

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    1. pues a ver qué pasa.. ya está subido :P:P
      Un besito guapa!

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  6. jope ese Alex tiene que parecer siempre para joder la fiesta???. Ains Rafita por dios , si es que les ha mandado hasta la limusina rosa , pon un Rafita en tu vida

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